miércoles, 15 de septiembre de 2021

Inicio de curso 2021/2022

 Comenzamos un nuevo curso, y en esta entrada quiero daros la bienvenida a todos, a los lectores ya conocidos y a los que os acercáis a este blog por primera vez. Estos primeros días vienen siempre cargados de incertidumbre, ilusiones, miedos, reencuentros y nuevas amistades y rutinas, y con ellos daremos comienzo una vez más al viaje, al nuevo curso que nos aparece en el horizonte como un libro aún por escribir donde cada uno seremos protagonistas. Le pedimos al nuevo curso tranquilidad e ilusión y esperamos un año donde poco a poco vayamos retomando costumbres, relaciones, proyectos, formas de trabajo que hemos tenido que dejar a un lado en los últimos años.



Y para empezar, traemos aquí una cita de la obra El huerto de Emerson, de Luis Landero, donde habla de cómo solía empezar sus clases en sus años de profesor de secuandaria y nos recuerda la importancia de tomar las riendas de nuestro propio camino:

“Cuando yo era profesor, solía decirles a mis alumnos el primer día de clase: “Ahora que es tiempo de novedades, y antes de que descubráis que yo no tengo mucho que decir, que apenas soy un anfitrión que está aquí para hacer las presentaciones entre vosotros y Cervantes o Chejov —aquí un escritor, aquí un lector—, y que serán ellos, Cervantes o Chejov, los que os enseñen literatura, y si ellos no lo consiguen no lo conseguirá nadie, antes de eso, antes de que mis palabras se conviertan en lluvia, quiero que me escuchéis bien por una vez, y que apuntéis en vuestros cuadernos lo que voy a deciros, y que de vez en cuando lo leáis, hasta que estéis seguros de no olvidarlo nunca”.


Entonces les decía que todos nosotros somos únicos, que al igual que nuestras caras y huellas dactilares son distintas, así también el alma y nuestra forma de ver el mundo y de pensarlo y de sentirlo. “Todos estamos condenados a ser originales, no lo olvidéis nunca. O mejor aún: en cada uno de nosotros está la semilla de la originalidad, y de nosotros depende que caiga en buena tierra y fructifique en algo, o que se agoste para siempre. La originalidad hay que ganársela, no se da de balde por muy único, por muy distinto que uno sea o parezca ser. Para llegar a saber lo que valéis, y quiénes sois vosotros, os lo tenéis que currar duro, no lo olvidéis tampoco”.


                                                    ¡Comenzamos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario