Tú, juventud más joven... irás a tu aventura
A una España joven
... Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda,
la malherida España, de Carnaval vestida nos la pusieron, pobre y escuálida y beoda, para que no acertara la mano con la herida. Fue ayer; éramos casi adolescentes; era con tiempo malo, encinta de lúgubres presagios, cuando montar quisimos en pelo una quimera, mientras la mar dormía ahíta de naufragios. Dejamos en el puerto la sórdida galera, y en una nave de oro nos plugo navegar hacia los altos mares, sin aguardar ribera, lanzando velas y anclas y gobernalle al mar. Ya entonces, por el fondo de nuestro sueño —herencia de un siglo que vencido sin gloria se alejaba— un alba entrar quería; con nuestra turbulencia la luz de las divinas ideas batallaba. Mas cada cual el rumbo siguió de su locura; agilitó su brazo, acreditó su brío; dejó como un espejo bruñida su armadura y dijo: “El hoy es malo, pero el mañana... es mío”. Y es hoy aquel mañana de ayer... Y España toda, con sucios oropeles de Carnaval vestida aún la tenemos: pobre y escuálida y beoda; mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida. Tú, juventud más joven, si de más alta cumbre la voluntad te llega, irás a tu aventura despierta y transparente a la divina lumbre: como el diamante clara, como el diamante pura. |
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